Hace unos meses descubrí a un pintor radicado en Cádiz. Se llama Pepe Baena Nieto. En una entrevista, Pepe cuenta que comparte su estudio con su esposa, una restauradora. Ella lo usa por las mañanas, mientras que él lo usa por las tardes. Sentado y rodeado de sus cuadros, responde con sencillez a las preguntas. Dice que desde niño le gustó la pintura, pero que solo con treinta y un años, cuando nació su hija, se apuntó a unas clases y a partir de ahí empezó a pintar. No se dio cuenta cómo, pero la pintura lo enganchó totalmente. Añade que el color y el dibujo se le daban bien y que progresó muy rápido. «Como más se aprende es viendo», explica.
Pepe no tiene grandes teorías ni interpretaciones sobre su pintura: «Casi todo lo que pinto es lo que vivo yo y me rodea. Para mí eso es fundamental». Objetos, escenas familiares, paisajes, retratos. Los cuadros que más le gustan son los de sus niños.
Afirma que el criterio que debe tener una persona que compra un cuadro es simple: que le guste. «Cádiz es un buen lugar para vivir y para pintar, pero nadie vive de la pintura», comenta. Las redes sociales le han ayudado a que su trabajo se haga más conocido y pueda conseguir compradores, sobre todo fuera de España. También lo han invitado a exponer en algunas galerías.
A Pepe no le interesa cambiar la historia del arte ni ninguna tontería de ese tipo. Su motivación para pintar un cuadro es honesta: «Yo siempre tengo que pintar lo que me apetece, si no, no puedo». «Pinto lo que me gusta y lo que me da la gana».
Pepe es camarógrafo. Cuando el entrevistador le pregunta si se ve en el futuro dedicándose exclusivamente a la pintura, responde que espera que no, porque su trabajo le gusta mucho, pues le permite conocer lugares y personas.
Los cuadros que pinta parten de fotografías que toma con su celular. Mientras trabaja frente al caballete, las puertas de su estudio están abiertas. La gente que pasa por la calle puede verlo y algunas personas se acercan a conversar con él.
Hasta ahora solo parafraseé la entrevista que vi, como si necesitara repetirme la impresión que tuve. ¿Pepe se habrá dado cuenta de que en su manera de vivir también hay arte?